Iguazú: Garganta del diablo
Anticipación
Sé
de dónde viene el miedo. Lo he estado observando. A mí se me esconde detrás de
los ojos, enraizado como un roble viejo, acechante, y, cuando algún temor
peregrino me asalta, irriga mi cerebro ese río inmenso, desbordado, mojándome
las manos, secándome los ojos; paralizándome. La tragedia. Pero el porvenir no
llega nunca, ni se aproxima apenas; queda siempre por venir. Se esfuma el terrible
espejismo y, aunque una y mil veces la riada me desborde las tripas, nunca
ocurre. Jamás sucede lo imaginado. Porque el miedo viene de detrás de los ojos.
De la memoria, donde habita, y, desde allí se anuncia, anticipando el acontecer
desconocido que me asola, sin haber sido, cada vez que muero.
¡Me gustó mucho! Lo efímero del canto y del estar, poeta. Las borduras y el no derrame: ... y sin embargo existe.
ResponderEliminar