Ir al contenido principal

Luna de Santa Ana

Esta noche, desde mi azotea se ve la luna enorme en un cielo negro, cerrado, brillando con mucha fuerza, a pesar de que un poco de tierra del desierto le suaviza las lindes, ¿será el reflejo de tanta luz?
Estoy sola y la miro y me quiere atraer, y por momentos olvido que no está viva, que no tengo que temerle, pero mete miedo, tan grande sobre mi cabeza.
Si la miro a través del objetivo de mi cámara se mueven sus facciones y me gruñe, me retiro del visor y se aleja.
Tan brillante en el cielo, sofocando destellos adversarios, tan clara mi azotea a media noche, que tengo que asomarme para contemplar las matas del jardín, se ven las flores y las hojas del drago, las ramas de los árboles sobre la tierra: las sombras que va dejando la luna. Demasiadas.

Comentarios

  1. ¡Qué bonita noche de luna llena,amiga! Yo también pasé la noche de Santiago mirando La Luna...y hasta se me antojó que llevaba antifaz. No sé ante quién pretendía pasar desapercibida....imposible, emitiendo tanta luz como lo hace. Besos de lunática

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Saludos de Canarias a las poetas de Vista Alegre

Catalina

                         La luna desde mi azotea
El arco iris en mi baño Cada diciembre durante unos días luce el arco iris en mi baño. Hay que acecharlo. Llega desde el fondo del pasillo; entra por una hendijita de la puerta del jardín hasta la pared,   y avanza despacito hasta perderse en la esquina, de abajo a arriba, desde el oeste al oriente, al revés -ya sabemos por qué-, pero pinta el frío de colorines, y me da por pensar que trae la esperanza, con el calor de la luz, y entonces sé que un día escampará.